miércoles, 17 de abril de 2013

Brújulas que buscan sonrisas perdidas.

Como todos los libros de Albert Espinosa, este no podía ser de otra manera, capítulos cortos, un poco inconexos, pero con una historia común.
El libro trata sobre la vida de un hombre que tiene que ayudar a su padre, totalmente odiado por él, a pasar sus últimos días de vida. Un relato con final triste, pero que capítulo a capítulo van surgiendo enseñanzas que se te quedan en la cabeza de por tiempo... Enseñanzas sobre la amistad, el amor, el dolor, la familia... pero sobre todo sobre la verdad y la sinceridad, y es que una mentira puede destrozar muchas vidas. Aunque parezca un libro triste, puedo aseguraros que el escritor hace de todas las tragedias del protagonista un bonito recuerdo, sin transmitir al lector pena, sufrimiento o dolor...






Es un libro 100% veraniego, no es denso, capítulos cortos y no es muy largo, combinación perfecta para llevárselo a la playa, piscina... yo me lo leí en dos días mientras iba a uno de mis viajes deportivos, recomendable!!


Os dejo uno de los párrafos que más me gustaron, a ver si os animáis a leer el libro;

“Lo más complicado en este mundo es no reaccionar de la misma manera a estímulos parecidos. Te hieres y te entristeces… Deseas algo y lo observas… Y a veces no sabes si hacer algo, paralizarte o justo lo contrario… Cada persona tiene reacciones, resortes que provienen de su infancia…
Hizo una pausa… Yo estaba ensimismado, jamás me había atrapado tanto aunque su discurso fuera inconexo… Pero es que aquel speech no me sonaba a nada conocido… Ella hablaba sin rencor, sin querer aleccionarme por mi enésimo error.
—Los resortes nos causan infelicidad porque nos llevan a los mismos lugares, y en esos lugares ya hemos estado y vuelve a haber ahí decisiones y nuevos resortes que nos llevan a otros sitios semejantes al primero donde estuvimos… Y cambiar los resortes o las costumbres es casi imposible porque desactivas uno y aparecen diez…
Hizo una nueva pausa… No nos miramos… El pacto estaba a punto de aparecer.
—Yo te propongo que me permitas cambiar mis resortes a tu lado. No los juzgues y no los pongas en cuestión. Y yo haré lo mismo por ti… Te permitiré cambiar, que hurgues en tu interior, que me ofrezcas otra versión de ti mismo y no la juzgaré…
»Quiero que llegues a ser tú mismo conmigo… Que tu resonancia interna, eso que te hace vibrar, suene igual que tu resonancia exterior… Que te sientas uno sólo… Que no necesites buscar la respuesta porque ya la tienes dentro de ti…

Dejó de mirarme, creo que lo necesitaba para continuar.
—Pero todo esto sólo funcionará si hacemos un pacto…
»Si hacemos equipo, si confiamos en el otro, si el respeto para dejarle modificar sus resortes existe.
»La esfera que nos rodea ya no nos deja movernos. Esa esfera está construida con nuestros resortes más inamovibles.
»Crear una esfera nueva que nos cobije es lo más complicado pero es la única forma de continuar.
»Te ofrezco crear esa nueva esfera que nos permita ser tu nuevo tú y mi nuevo yo…”

Nerea.