viernes, 8 de junio de 2012

Imagine...

Ayer escuché a una madre hablar sobre su hija de ocho años, decía que era muy fantasiosa, que jugaba constantemente sola o con sus amigos imaginarios y la niña disfrutaba mucho con ello.

Puede ser que una vez crezcamos pensemos que ya no jugamos con la imaginación. Pero yo creo que nunca dejamos de jugar con ella. ¿Quienes de vosotros no piensa constantemente en acciones futuras cómo, viviré en una casa enorme, tendré tres hijos, estudiaré aquel curso y podré trabajar...?
¿Eso no es jugar con la imaginación?

Normalmente cuando imaginamos pensamos en cosas alegres. Yo por lo menos nunca me he imaginado en un accidente de coche, sin una pierna y sangrando a borbotones.
Mi imaginación me transporta siempre a mundos idílicos, paisajes encantadores, e historias derivadas de películas y cuentos.
Pero si imaginamos tanto es porque aún "jugamos" con nuestro futuro. El futuro es el único tiempo que podemos variar y creo que el primer cambio lo hacemos imaginando.

Disfrutamos con nuestros "sueños despiertos" con la certeza de que pocas veces se hacen realidad, no porque no queramos realizarlos, simplemente porque en el presente no todo depende de ti, y en cambio en los sueños tú eres el director.
Y entonces un día vives uno de esos "sueños despiertos" que habías imaginado tantas veces, sin ni siquiera darte cuenta, en aquel momento se acaba el juego, has ganado la partida.


"¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."




¿Volvemos a jugar?
Nerea.

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